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Estamos en una era en la que las empresas y las marcas han perdido el control de lo que se habla de ellas. Se ha pasado de la publicidad como pócima mágica para vender más y mejorar la reputación, logrando muchas veces generar lovemarks a un momento en el que no vale el presupuesto que tenga una empresa para hacer campañas tradicionales y en el que el cliente se fía más del  boca a boca y los influencers que encuentra en el mundo digital.

La web 2.0 nos obliga a ser mucho más transparentes con las cualidades reales de nuestro producto o servicio, es por esto que es necesario lograr involucrar a nuestros empleados para que sirvan un poco de evangelizadores.

La conexión con los clientes es la nueva publicidad, y quienes tienen una relación directa con los usuarios y para  generar la experiencia de marca son en primer lugar los empleados. Es por ello que se debe de promover, desde dentro, la incursión de estos en redes sociales.

Generar confianza

Siempre tenemos miedo a lo desconocido . El miedo a no saber qué rol es el que van a desempeñar o el no entender por qué deben de tener ellos como empleados presencia en las redes sociales para amplificar la marca son dos puntos habituales en el proceso de convertir a los empleados en embajadores de la empresa.

Para eliminar las incertidumbres los encargados de gestionar y de “elegir” quienes, dentro de la plantilla, son idóneos para representar a la marca, deben de hacer un proceso de acompañamiento y preparación en esta incursión.

Acompañar.  Los jefes y gestores de este proceso deben de ayudar a que estos potenciales embajadores tengan las herramientas y conocimientos necesarios para poder entrar en el mundo de las redes sociales y generar conversaciones de calidad.

Capacitar. Puede ser que la persona elegida para hablar sobre el insight principal de mi marca conozca mucho del tema pero no esté habituada a generar contenido o redactar, es por esto que se debe de capacitar para que logre crear impacto cuando salga al mundo 2.0